¡Qué desmemoriado estoy!
me pongo a escribir un cuento
y francamente no soy,
tengo que dejarlo hoy
y a decir verdad lo siento.
No se si acaso otro día
podré escribir lo que dejo
porque esta cabeza mia
se va quedando vacía
a medida que soy viejo.
Quién mirando su entorno
la ve ya un tanto nevada
si penetra en su interior
verá que allí...de valor
ya queda muy poco...o nada.
El tiempo,quién a mi ver
sólo encierra falsedades
ejerciendo su poder
fue, sin dármelo a entender
restándome facultades.
Ese tiempo que algún día
se me mostró halagador
me dio salud y alegría
y que hoy, por desgracia mía
me lo arrebata el traidor.
Hoy se muestra diferente
a como ayer se mostraba
ya que solapadamente
me está viciando el ambiente
tan puro que respiraba.
Me quiere dar a entender
que entre el ramaje y las flores
que primero me dio a oler
tenía que aparecer
el germen de los dolores.
Ya todo son decepciones
en mi forzoso retiro
carente ya de ilusiones
sólo veo nubarrones
a donde quiera que miro.
Con pisada vacilante
bajo el peso de los años
sigo camino adelante
reflejando en mi semblante
del mundo los desengaños.
Poco a poco caminando
pisando espinas de abrojos
iré a la meta llegando
mientras se van agolpando
las lágrimas a mis ojos.
Colunga, septiembre 1949
1 comentario:
Me encanta esa poesía de tu abuelo. Refleja muy bien cómo se sentía 😘
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