lunes, 17 de agosto de 2009

Un poco de Historia


Durante los cuarenta años que duró la dictadura de Franco, la censura pasó por distintas fases. La primera década del gobierno de los militares fue totalmente rígida y estricta. Salir por Oviedo en mangas de camisa suponía una multa. En la playa de Gijón, el traje de baño sólo estaba permitido tumbada y en la zona del Piles. Para meterse en el agua, era imprescindible dejar previamente el albornoz o toalla justo a la orilla para, al salir, cubrirse de inmediato. Una faldita era lo exigido para pasear por San Lorenzo. No cumplir estas normas terminaba en sanción económica.

Espectáculos, cine, canciones, reuniones, periódicos, libros, revistas y un montón de etcéteras, todo era censurado y, en muchos casos, prohibido.

El correo postal pasaba por el cuartel de la Guardia Civil, que debía leerlo. Las cartas llegaban abiertas a sus destinatarios y, en el sobre, un cuño que, como puede leerse en las reproducciones adjuntas, reza: CENSURA MILITAR. Para enviar las misivas había que llevarlas al Cuartel, para la lectura y conformidad previa de la Guardia Civil, antes de que el cartero pasase a recoger o a entregar la correspondencia. En el encabezamiento de cada escrito, obligatoriamente, debía figurar la efigie del dictador, o en su defecto, las frases: ¡Viva Franco!, ¡Arriba España!, seguidos de la mención al “Año Triunfal” correspondiente desde la “victoria” sobre las “hordas rojas”.