martes, 26 de mayo de 2009

El paso fronterizo de Ceuta y las mujeres

Las llamadas mujeres fronterizas cruzan, en muchas ocasiones, varias veces al día, el paso del Biutz, para comprar en las naves de El Tarajal. Con cinta de embalaje, van adosando a su cuerpo prenda sobre prenda, cargando luego a la espalda pesados fardos. Algunas mujeres sufren desmayos, contusiones y fracturas, abrumadas por el esfuerzo, los golpes y los empujones. Son tratadas casi como animales peligrosos, para entrar en las denominadas "jaulas" por las que han de circular para cruzar la frontera.

En territorio marroquí aguardan los hombres, con furgonetas, para transportar la mercancía. Por este trabajo las mujeres cobran unos cuarenta dirhans, menos de cuatro euros, cantidad importante para ayudar al sustento de la familia. Y sin olvidar que contribuyen, en gran medida, a la economía de la ciudad de Ceuta, siendo este comercio una fuente de riqueza para la misma.

Es evidente la dificultad que entraña para la policía de ambos lados controlar la situación, pero no puede continuar esta forma de precariedad y abandono y es de esperar que más pronto que tarde, tanto las autoridades españolas como las marroquíes, tomen las medidas necesarias para solucionar este problema, que las mujeres fronterizas sean tratadas como seres humanos y no vuelva a ocurrir la tragedia, saldada con dos muertas y varias heridas.

Digmun, Asociación por la Dignidad de Mujeres y Niños, agrupación radicada en Ceuta, puso de manifiesto y denunció públicamente, en varias ocasiones, la situación de las mujeres fronterizas en el Paso del Biutz.

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