viernes, 9 de mayo de 2008

Ya no se traen las tropas

Publicado en La Opinión, el 28-04-2008
José Haro Hernández


"Lo que se envuelve, detrás del espectáculo mediático de una ministra embarazada, socialista y catalana, es el apoyo a una operación militar, la afgana, que presenta unos registros en clave militarista e imperial que nos remiten a las más rancias tradiciones intervencionistas de nuestros ejércitos.

En la cumbre de los veintiseis paises de la OTAN, celebrada el 3 de abril, se elaboró un comunicado de cincuenta puntos entre los que se escondía, en el lugar 37, el apoyo unánime al proyecto antimisiles de EEUU. El mundo asistirá a una nueva carrera de armamentos. Aumentará la tensión y el gasto bélico con las consabidas consecuencias sobre los más pobres del planeta. El Gobierno Zapatero, tras ganar las elecciones de marzo, ha apostado por más OTAN, más subordinación a los proyectos militaristas de EEUU y más gasto militar final. Exactamente como lo hubiera hecho el PP.

Una última guinda. La decisión de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, es decir el Ministerio Público (vinculado jerárquicamente al Gobierno), solicitando el archivo de la causa que se sigue contra los militares norteamericanos que asesinaron al cámara de Tele 5, José Couso. Ello a pesar de la sentencia del Supremo que consideró que la muerte del periodista podía constituir un crimen de lesa humanidad. Parece clara la intención del Gobierno de hacer prevalecer sus relaciones con EEUU sobre los principios del Derecho Internacional. Y lo que resulta evidente es la continuidad de política exterior y de Defensa que aplica Zapatero respecto del atlantismo que inició Felipe González y lo prosiguió Aznar, (éste en una versión más patética, ciertamente).

Aunque este militarismo de siempre se revista ahora de un glamur progre que se vende muy bien, definitivamente, se han acabado los tiempos en los que se traían las tropas."

Yo estaba en Bagdad, cerca del Palestina, aquel día de abril de 2003 en que los yankis dispararon contra Couso, arrancándole una pierna y dejándolo herido de muerte. Falleció a las pocas horas. Los siete brigadistas que estabamos en el Hotel Cedar ya no saliamos a la calle, tomada por los invasores. Los periodistas, compañeros de Couso, Jon Sistiaga, María Antonia, Peregil, Alberto, Fran Sevilla, los de ETB, pertrechados con chalecos antibalas y jugándose la vida, venían al hotel, a interesarse por nosotros y a informarnos de las noticias. Ellos nos comunicaban las incidencias. El traslado de Couso al hospital, la intervención y, a poco, el fallecimiento.

Pocos días antes, y en la misma contienda, había muerto el hijo de Julio Anguita, también periodista.

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