martes, 24 de octubre de 2017

Las paredes oyen


Por una de esas casualidades que tiene la vida, obraba en mi poder esa novela que, al parecer, es tuya y que te devuelvo porque yo no quiero nada que no me pertenezca legalmente y además que, por cosa tan insignificante, no quiero exponerme a perder el Cielo, aunque desde luego si tuviese la seguridad que la gloria que allí me espera fuese como tú, desde este momento renunciaba a ella.

Como se que eres algo poeta, aprovecho esta ocasión para dedicarte algunos versos, los que por estar escritos con su propio jugo, no dudo será de tu agrado saborearlos:

¡Ojo! ¡Las paredes oyen!
dice un refrán muy antiguo
y te demuestro que es cierto
si escuchas lo que te digo.

Se, presumida chiquilla
aunque de ahí vivo lejos,
la dama que cierto día
te daba malos consejos.

Tú tan pronto la escuchaste
y con instinto perverso
en tu afán de obedecerla
escribiste varios versos.

Lo  que los versos decían
también lo se y me lo callo
porque dicen que la caca
vale mas non menealla.

Así que en lo sucesivo
para que nada se sepa
metéis tú y tu consejera
la lengua...donde os quepa.



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