El Premio Nóbel de la Paz, Obama, ordenó el asesinato de cuatro personas, entre las que estaba Bin Laden. Y dice que se hizo justicia. Muchos puntos oscuros hay en este crimen. Acaso lo perpetró, como estrategia, para aumentar su popularidad que, precisamente, no está en su mejor momento. Clinton, cuando tenía algún problema con la Lewinsky, ordenaba bombardear Basora, en Iraq. Y los norteamericanos tan contentos.
Una fundada teoría confirma que no fueron Bin Laden ni Al Qaeda los responsables de la caída de las Torres Gemelas, y sí fue una decisión de Bush y su camarilla para controlar a la ciudadanía y limitar sus derechos.
Hay algo que llama la atención. Pese a la hora en que ocurrió el derrumbe de las torres no murió, porque no estaban allí, ni un solo ejecutivo , ni un solo judío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario